lunes, 17 de febrero de 2014

Consejos infalibles para una buena salud sexual

Noticia de ABC.es del 14/02/2014

Cuando comienza una relación amorosa siempre hay tiempo para la complicidad, la intimidad y el contacto físico. El deseo sexual está a flor de piel y estar con la pareja se convierte en una prioridad. Pero cuando la rutina, las obligaciones y las prisas aparecen en escena, el erotismo y la sexualidad pasan a un segundo plano y la energía y la dedicación dan lugar a relaciones sexuales monótonas, en momentos puntuales y a las que se dedica una menor intensidad. ¿Qué hacer cuando la rutina se instala en nuestras relaciones sexuales? ¿Es posible mantener vivo el deseo?

Parece que en nuestra sociedad está bastante extendida la idea de que el deseo sexual es algo pasajero, que después de ese enamoramiento pasional de los primeros momentos la llama se va apagando y tenemos que resignarnos… Pero esta afirmación, ¿es realista? «Sí —asegura Cayetana Hurtado de Mendoza, coordinadora Escuela de Parejas de la Fundación Educativa Universidad De Padres—, pero sólo si mantenemos un papel pasivo en nuestra sexualidad y esperamos a que el deseo nos invada espontáneamente en lugar de alimentarlo».

En la vida diaria hay muchos factores que intervienen y pueden afectar a la salud de nuestra vida sexual: el cansancio, las responsabilidades, preocupaciones, la falta de tiempo… Además de que, ciertamente, una vez que pasa el estado de enamoramiento inicial, la relación se asienta y sentimos que es segura, parece que nos relajamos y ya no le dedicamos tantos mimos y cuidados, lo que también afectará al grado de intimidad y deseo. Por tanto, estará en nuestra mano conseguir unas relaciones sexuales más satisfactorias y plenas si mantenemos un papel activo y controlamos las variables que están influyendo.

¿Cómo conseguir una vida sexual saludable y de calidad?

Cayetana Hurtado de Mendoza, de la Fundación Educativa Universidad De Padres, y Mónica Poblador, psicóloga y especialista en sexualidad de Álava Reyes Consultores, nos dan las pautas para mantener unas relaciones íntimas saludables:

—Disponer de momentos y espacios de intimidad sin interferencias en los que dedicar tiempo para deleitarse con la pareja sin prisas propiciará unos encuentros más relajados que facilitarán un clima ideal.

—Será muy importante que cada uno se sienta cómodo con su cuerpo y con su propia sexualidad pues, de lo contrario, no disfrutará plenamente del contacto físico con la pareja y será difícil dejarse llevar. Conócete a ti mismo y tu cuerpo, quién eres y qué es lo que quieres. Descubre tus deseos, tus creencias, tus valores (lo que persigues con anhelo porque ahí crees que está la felicidad, etc.), tus puntos fuertes, límites de protección, si tienes algún tabú...

—Además de mantener una buena imagen de sí mismos, ambos deben haber explorado previamente lo que les genera placer, y lo que no, y sus preferencias. Trata de entender el comportamiento de tu pareja desde su propia piel, no desde tu mirada, porque tendréis perspectivas diferentes sobre las cosas, igual son compatibles o complementarias.

Lucha contra las presiones externas e internas (la autoexigencia, la culpa, etc.) porque el estrés es un bulto en tu mochila que interfiere con una vida sexual saludable. Conoce tus propios limites para decir «no», «no ahora», «no de momento».

Ten confianza en ti mismo y en tu capacidad para gustar, nadie es perfecto.

Las sorpresas y la imaginación no deben faltar, así como el cuidado de los pequeños detalles. Las fantasías y los juegos sexuales ayudarán a dejar a un lado la monotonía.

El contacto físico diario facilita que la pareja se sienta más cercana y con más receptividad a mantener contacto sexual. Los besos, abrazos y caricias serán ingredientes esenciales para fomentar el sentimiento de intimidad.

—Es esencial una actitud activa y no dejar en manos del azar que surjan los encuentros, puesto que muchas veces nos perdemos en las obligaciones diarias y no encontramos el momento oportuno. Buscar y planificar encuentros íntimos con la pareja nos ayudará a que esos momentos sean más especiales.

—Nuestra pareja no es adivina, así que sería bueno expresar abiertamente nuestro deseo y tomar la iniciativa cuando nos apetezca. Es muy agradable sentirse deseado, lo que motiva un mayor acercamiento.

—Comunicarse de forma asertiva será fundamental para llegar a un buen entendimiento en el terreno sexual. El objetivo será establecer un diálogo abierto en el que cada uno verbalice lo que le gusta y lo que no, y que se sienta libre para ser uno mismo evitando así malos entendidos y frustraciones. Y establecer así unas bases claras y compartidas.

No imponer nada al otro, dar primero aquello que queremos recibir y respetar que nuestra pareja tenga un ritmo diferente.

Comunicación también sin palabras: potenciar la complicidad, los gestos, las caricias, las miradas... Y los besos, como ingrediente fundamental para una buena salud sexual...tiernos, cortos, largos, robados, de buenas noches, de buenos días, en lugares inesperados.

Dejar atrás los tabúes y los mitos sexuales para poder entregarse plenamente.

Arreglarse y ponerse guapo para la pareja, elegir ropa especial, fragancias, aceites… mantenerse sexy y atractivo para el otro incrementará la atracción mutua.

—Debe evitarse solucionar los problemas que surjan en la pareja a través del sexo, pues solo sería un parche. Escondería el verdadero origen del conflicto, además de enturbiar los propios encuentros donde el objetivo es abandonarse al placer y disfrutar del otro.

—Partir de unas expectativas y de un nivel de exigencia realista evitará frustraciones. El sexo en una pareja pasa por diferentes etapas y no tendrá siempre la misma intensidad. Podrá verse afectado por diferentes circunstancias como nacimiento de los hijos, enfermedades, etapas de estrés, problemas cotidianos… Así que la flexibilidad y la adaptación serán nuestros aliados.

—Potencia tu imaginación y explora el «mundo de las fantasías». Es una forma de volar hacia lo prohibido sin correr riesgos. Fantasear es una potente herramienta para erotizar el pensamiento con nuestra pareja.

—Cultiva el autocuidado. Desterrad el "«ahora no tengo tiempo», «con la que tengo encima...». Prioriza porque si tú estás bien podrás desempeñar mejor tus obligaciones y afrontar tus retos.

Haz deporte disfrutándolo, personalizado en función de tus deseos y posibilidades. Es tremendamente recomendable probar alguna disciplina que te conecte con tu cuerpo y así aprendas a sentirlo y conciliarte con él (pilates, gimnasia hipopresiva, yoga...). Igualmente, es beneficioso para hombres y mujeres el conocimiento y ejercitación del grupo de músculos que rodean los genitales para tener una buena irrigación, aumentar el tono muscular y, con ello, la respuesta sexual y el aumento de las sensaciones eróticas.

Compartir con otras personas nuestras dudas, inquietudes, creencias sobre sexualidad..., nos daremos cuenta que no es un tema tabú y que otras personas piensan como nosotros. Es recomendable la lectura sobre el modelo afectivo sexual que tenemos y la educación que queremos dar a nuestro hijos al respecto.

—No hagas nada para satisfacer a la pareja si con ello sientes que te quedas vacío, que pierdes identidad.
                              Consejos infalibles para una buena salud sexual

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