Noticia de ABC.es del 14/02/2014
Cuando comienza una relación amorosa siempre hay tiempo para
la complicidad, la intimidad y el contacto físico. El deseo sexual está a flor
de piel y estar con la pareja se convierte en una prioridad. Pero cuando la
rutina, las obligaciones y las prisas aparecen en escena, el erotismo y la
sexualidad pasan a un segundo plano y la energía y la dedicación dan lugar a
relaciones sexuales monótonas, en momentos puntuales y a las que se dedica una
menor intensidad. ¿Qué hacer cuando la rutina se instala en nuestras relaciones
sexuales? ¿Es posible mantener vivo el deseo?
Parece que en nuestra sociedad está bastante extendida la
idea de que el deseo sexual es algo pasajero, que después de ese enamoramiento
pasional de los primeros momentos la llama se va apagando y tenemos que
resignarnos… Pero esta afirmación, ¿es realista? «Sí —asegura Cayetana Hurtado
de Mendoza, coordinadora Escuela de Parejas de la Fundación Educativa
Universidad De Padres—, pero sólo si mantenemos un papel pasivo en nuestra
sexualidad y esperamos a que el deseo nos invada espontáneamente en lugar de alimentarlo».
En la vida diaria hay muchos factores que intervienen y
pueden afectar a la salud de nuestra vida sexual: el cansancio, las
responsabilidades, preocupaciones, la falta de tiempo… Además de que,
ciertamente, una vez que pasa el estado de enamoramiento inicial, la relación
se asienta y sentimos que es segura, parece que nos relajamos y ya no le
dedicamos tantos mimos y cuidados, lo que también afectará al grado de
intimidad y deseo. Por tanto, estará en nuestra mano conseguir unas relaciones
sexuales más satisfactorias y plenas si mantenemos un papel activo y
controlamos las variables que están influyendo.
¿Cómo conseguir una vida sexual saludable y de calidad?
Cayetana Hurtado de Mendoza, de la Fundación Educativa
Universidad De Padres, y Mónica Poblador, psicóloga y especialista en
sexualidad de Álava Reyes Consultores, nos dan las pautas para mantener unas
relaciones íntimas saludables:
—Disponer de momentos y espacios de intimidad sin
interferencias en los que dedicar tiempo para deleitarse con la pareja sin
prisas propiciará unos encuentros más relajados que facilitarán un clima ideal.
—Será muy importante que cada uno se sienta cómodo con su
cuerpo y con su propia sexualidad pues, de lo contrario, no disfrutará
plenamente del contacto físico con la pareja y será difícil dejarse llevar.
Conócete a ti mismo y tu cuerpo, quién eres y qué es lo que quieres. Descubre
tus deseos, tus creencias, tus valores (lo que persigues con anhelo porque ahí
crees que está la felicidad, etc.), tus puntos fuertes, límites de protección,
si tienes algún tabú...
—Además de mantener una buena imagen de sí mismos, ambos
deben haber explorado previamente lo que les genera placer, y lo que no, y sus
preferencias. Trata de entender el comportamiento de tu pareja desde su propia
piel, no desde tu mirada, porque tendréis perspectivas diferentes sobre las
cosas, igual son compatibles o complementarias.
—Lucha contra las presiones externas e internas (la
autoexigencia, la culpa, etc.) porque el estrés es un bulto en tu mochila que
interfiere con una vida sexual saludable. Conoce tus propios limites para decir
«no», «no ahora», «no de momento».
—Ten confianza en ti mismo y en tu capacidad para gustar,
nadie es perfecto.
—Las sorpresas y la imaginación no deben faltar, así como el
cuidado de los pequeños detalles. Las fantasías y los juegos sexuales ayudarán
a dejar a un lado la monotonía.
—El contacto físico diario facilita que la pareja se sienta
más cercana y con más receptividad a mantener contacto sexual. Los besos,
abrazos y caricias serán ingredientes esenciales para fomentar el sentimiento
de intimidad.
—Es esencial una actitud activa y no dejar en manos del azar
que surjan los encuentros, puesto que muchas veces nos perdemos en las
obligaciones diarias y no encontramos el momento oportuno. Buscar y planificar
encuentros íntimos con la pareja nos ayudará a que esos momentos sean más
especiales.
—Nuestra pareja no es adivina, así que sería bueno expresar
abiertamente nuestro deseo y tomar la iniciativa cuando nos apetezca. Es muy
agradable sentirse deseado, lo que motiva un mayor acercamiento.
—Comunicarse de forma asertiva será fundamental para llegar
a un buen entendimiento en el terreno sexual. El objetivo será establecer un
diálogo abierto en el que cada uno verbalice lo que le gusta y lo que no, y que
se sienta libre para ser uno mismo evitando así malos entendidos y
frustraciones. Y establecer así unas bases claras y compartidas.
—No imponer nada al otro, dar primero aquello que queremos
recibir y respetar que nuestra pareja tenga un ritmo diferente.
—Comunicación también sin palabras: potenciar la
complicidad, los gestos, las caricias, las miradas... Y los besos, como
ingrediente fundamental para una buena salud sexual...tiernos, cortos, largos,
robados, de buenas noches, de buenos días, en lugares inesperados.
—Dejar atrás los tabúes y los mitos sexuales para poder
entregarse plenamente.
—Arreglarse y ponerse guapo para la pareja, elegir ropa
especial, fragancias, aceites… mantenerse sexy y atractivo para el otro
incrementará la atracción mutua.
—Debe evitarse solucionar los problemas que surjan en la
pareja a través del sexo, pues solo sería un parche. Escondería el verdadero
origen del conflicto, además de enturbiar los propios encuentros donde el
objetivo es abandonarse al placer y disfrutar del otro.
—Partir de unas expectativas y de un nivel de exigencia
realista evitará frustraciones. El sexo en una pareja pasa por diferentes
etapas y no tendrá siempre la misma intensidad. Podrá verse afectado por
diferentes circunstancias como nacimiento de los hijos, enfermedades, etapas de
estrés, problemas cotidianos… Así que la flexibilidad y la adaptación serán
nuestros aliados.
—Potencia tu imaginación y explora el «mundo de las
fantasías». Es una forma de volar hacia lo prohibido sin correr riesgos.
Fantasear es una potente herramienta para erotizar el pensamiento con nuestra
pareja.
—Cultiva el autocuidado. Desterrad el "«ahora no tengo
tiempo», «con la que tengo encima...». Prioriza porque si tú estás bien podrás
desempeñar mejor tus obligaciones y afrontar tus retos.
—Haz deporte disfrutándolo, personalizado en función de tus
deseos y posibilidades. Es tremendamente recomendable probar alguna disciplina
que te conecte con tu cuerpo y así aprendas a sentirlo y conciliarte con él
(pilates, gimnasia hipopresiva, yoga...). Igualmente, es beneficioso para
hombres y mujeres el conocimiento y ejercitación del grupo de músculos que
rodean los genitales para tener una buena irrigación, aumentar el tono muscular
y, con ello, la respuesta sexual y el aumento de las sensaciones eróticas.
—Compartir con otras personas nuestras dudas, inquietudes,
creencias sobre sexualidad..., nos daremos cuenta que no es un tema tabú y que
otras personas piensan como nosotros. Es recomendable la lectura sobre el
modelo afectivo sexual que tenemos y la educación que queremos dar a nuestro
hijos al respecto.
—No hagas nada para satisfacer a la pareja si con ello
sientes que te quedas vacío, que pierdes identidad.
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