Noticia de la Vanguardia 21/03/11
“Es el edén de los atrevidos”, pero por su ubicación, muchos se resisten a descubrirlo. ¿Es poco masculino? Tips para animarse
CIUDAD DE MÉXICO.- "Hombres eran los de antes", dicen nuestros padres y abuelos cuando surge algo nuevo. Es que el varón está empezando a aceptar juegos que no condicen con la masculinidad de antaño.
Un ejemplo es el descubrimiento del "punto G" masculino. Es la zona de erotismo superior en lo que se refiere al orgasmo propiamente dicho. Su simple fricción lleva al varón a un éxtasis casi imposible de expresar.
¿No es "de hombres"?
Muchos hombres aún se resisten a la idea de descubrir esa almendrita maravillosa. Temen que la exploración los lleve a la curiosidad de desviar su sexualidad. Es un mito, una falsa creencia popular.
Tal vez cuando empiezan a comprender que no son homosexuales por explorar la zona de la retaguardia, que la homosexualidad tiene otras características, entonces se lamenten el tiempo perdido.
Cómo se estimula
Muchas mujeres dudan cómo acercarse a este punto. Están entre la contradicción que ejerce el hombre negador y la falta de lubricación que dificulta la tarea.
Si quieres intentarlo, seguí estos pasos:
1) Lubrica. Tanto hombres como mujeres tenemos la necesidad de relajar el esfínte. Hay que lubricar bien con un masaje, lo que también provoca una sensación de mucho placer.
2) Acaricia. De a poco, toca la zona sobre la pared posterior (si el varón se encuentra boca arriba con las piernas abiertas). No es necesario que la caricia sea muy profunda.
3) Busca el "punto G". Muy cerca de la entrada podrás encontrar una especie de almendra pequeña. Al frotarla despacio irá dilatándose.
4) Mira cómo disfruta. La fricción suave lleva al varón a un orgasmo casi inigualable.
Consejos para animarse
Es interesante la experiencia por el tipo de sensaciones que el varón experimenta.
A los más temerosos hay que sacarles de la cabeza que esta situación los llevará a cambiar su elección sexual. No es así. El varón que está bien definido puede gozar de este tipo de estímulos sin temer por su definición.
Pero no podemos juzgar a esos varones que sienten temor. Siempre debemos respetar al otro en sus decisiones sexuales. De nada sirve forzar una situación ya que la siquis es sabia y el disfrute está condicionado a la aceptación.
La mujer es hábil y siempre encuentra, por medio de la educación, la manera de mejorar el éxtasis de su pareja. Sin la necesidad de exigir, es posible (de a poco) ir estimulando este punto maravilloso que es el edén de los más atrevidos.
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