Aquí os dejamos
otro maravilloso relato erótico extraído de cosasdepandora.blogspot.com
Miradas, roces, palabras con doble
sentido…sensaciones, imaginación, deseo, dolor, excitación, sentimientos…y al
final alguien se lanza!
Me besó mal, rápido, como si me hubiese
robado un beso, me sentía enloquecer, me iba y no sabría nunca que había pasado
porque nunca volveríamos a vernos. Ese instante, ese momento, necesitas pensar,
preguntas a miles pero nadie te responde, ni siquiera la conciencia, no estoy
dentro de mi, ¿dónde habré ido? ¡Céntrate! Piensa, piensa… ¿Quién tiene las
respuestas? Él.
-¿Me has robado un beso?
-Si.
Enmudecieron las palabras, corazones
desbocados, los pensamientos han volado a lugares donde los tengan en cuenta,
aquí nadie va a escucharlos. Los sentidos son los que nos envuelven, el tacto,
el olor, el sabor, la vista, el sonido, todos son correspondidos, piel suave,
olor intenso, sabor dulce, ojos preciosos, suspiros entrecortados…
No es mi tipo, yo no soy su tipo, lo sé,
pero hay algo que nos empuja a estar juntos, a desear comernos el uno al otro y
no hay explicación posible. Esto no llegará a ninguna parte, se va a otro país
para no regresar, así que esto es un principio-despedida…amargo…¿Qué estoy
haciendo? ¿Qué hace él? Historias condenadas al fracaso las hay a porrillo en
cada esquina, ¿por qué no en esta?
Un beso suave, lento, lentísimo hasta hacer
daño, las manos se nos escapan rebuscando entre las ropas del otro, todo es
raro, diferente, conocemos el final de la historia pero seguimos construyendo
puentes alternativos. Camisas en el suelo, zapatos olvidados quedan en el
rincón. Pruebo el sabor de su piel, recorro su pecho con mis labios, dibujo
largos caminos con mis dedos, exploro cada escondite, él descubre los míos, nos
necesitamos aunque solo sea en ese momento, no podemos separarnos. Dicen que hay
sexo sin amor, no lo creo, si bien entiendo que sea un amor efímero y que este
dure lo que dure el sexo.
Será así esta vez? Será sexo y punto, los
dos creemos que si, solo el tiempo lo dirá. Me repatea pensar así, en plan ¡soy
una mujer y necesito estar enamorada! Nooo, no quiero, pero en estos temas no
hay reglas ni conciertos, viene como viene…
El placer me arrastra hasta este mundo irreal,
sus manos y sus besos me hunden en su cuerpo, el suyo en el mío, lento, muy
lento otra vez, nos balanceamos uno dentro del otro, no puedo dejar de besar su
pecho, sus labios, acariciar su espalda, enredarme en su pelo, llevarlo hasta el
fondo de mi pozo, abandonarme sintiéndome acompañada.
Ese momento es irrepetible, el gozo, la
lujuria que nos une, nos hace sentir cosas incongruentes y sentirnos
maravillosamente bien al hacerlo, incomprensible.
Todo va cambiando, lo lento se transforma en
veloz, los besos en mordiscos, las caricias en arañazos, el abandono en egoísmo,
el sexo transforma sensaciones, su vacío se convierte en mi plenitud, por un
momento no estás en el mundo. Él y yo.
Perfección. Alguien dijo: la perfección no
existe.
Es de madrugada el barco zarpa, no lo veo en la
cubierta, acordamos que no habría despedida…
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