Noticia de ABC.es del 29/11/2013
Un estudio sugiere que la frustración sexual daña la salud y
acelera el envejecimiento.
Ni comer menos, ni vivir con frío, ni beber más vino tinto.
Puede que el secreto de la eterna juventud esté en la calidad de nuestras
relaciones sexuales. El sexo tiene un efecto en la salud global y en la
longevidad. Al menos, esto es lo que ocurre a las moscas del vinagre, uno de
los animales de investigación preferido por los científicos y un buen modelo
para estudiar el envejecimiento. Un grupo de investigadores de la Universidad
de Michigan, en Estados Unidos, ha demostrado que aparearse permite a las
moscas vivir más y mejor y su trabajo se ha hecho un hueco en la prestigiosa
revista científica «Science».
El experimento demostró que las moscas macho que perciben
las feromonas sexuales de sus parejas pero no tienen oportunidad de aparearse
sufren un estrés biológico que les condujo a tener una vida más corta. Es
decir, las moscas frustradas sexualmente viven menos, en tanto que las que
lograron aparearse tuvieron efectos positivos en su salud y el envejecimiento.
«La genética de vanguardia y la neurobiología utilizada en
esta investigación indica que, al menos para las moscas de la fruta, puede que
no sea un mito que la frustración sexual es un problema de salud. Esperar sexo
sin tener recompensa sexual fue perjudicial para su salud y redujo su tiempo de
vida», explica Scott Pletcher, uno de los investigadores que ha participado en
este estudio. O, si hubiera que sintetizar: «El sexo es vida», como decían
algunos anuncios publicitarios.
Con independencia del efecto en la esperanza de vida de las
moscas, este estudio ayudará a la ciencia a entender mejor cómo la percepción
sensorial y el estado fisiológico se integran en el cerebro y afecta a la salud
a largo plazo. [..]
Las feromonas de las moscas hembras tienen importantes
efectos en la esperanza de vida de los machos.
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