Noticia de Antena3.com del 17/09/2013
Tras más de 10 años de
investigación, un equipo de neurocientíficos logra identificar el área del
cerebro que controla la eyaculación y el clímax en ambos sexos.
El holandés Gert Holstege comenzó
masturbando a gatos a finales de los años setenta y acabó pidiendo a parejas
que tuvieran sexo delante de él. Su anuncio en busca de gente dispuesta a
meterse en una máquina que escanearía sus cerebros mientras llegaban al orgasmo
tuvo un éxito “inesperado”.
“Gente de todo el país respondió,
todo tipo de gente, fue mucho más fácil de lo que yo esperaba”, relata
Holstege, neurocientífico de la Universidad de Groningen, sobre los
experimentos que realizó en 2000 y que han aportado muchos de los pocos datos
que, aún a día de hoy, se conocen sobre lo que ocurre en el cerebro de hombres
y mujeres durante el clímax.
Finalmente, Holstege eligió a 11
mujeres heterosexuales diestras y tantos otros varones, también heterosexuales.
De pie y metidos en un escáner (PET) debían dejar que su pareja les acariciase
hasta alcanzar el orgasmo para que la actividad en sus cerebros quedase
grabada.[...]
Ahora se sabe que, al contrario
de lo que se pensaba, el orgasmo no se traduce en un frenesí de actividad cerebral
sino más bien en un gran apagón. También se observó que lo que sucede ahí
dentro es muy, muy parecido, a un chute de heroína. Pero hasta hace muy poco
había una pregunta sin responder: ¿De qué punto del cerebro sale el orgasmo? [...]
El estudio de Holstege, recién publicado en Journal of
Sexual Medicine, apunta a un lugar del tallo cerebral conocido como tegmento
pontino dorsolateral. El trabajo de Holstege demuestra que la zona izquierda de
esta parte del cerebro controla tanto la eyaculación (masculina y femenina)
como el orgasmo, sin apenas diferencias entre sexos. En los participantes que
no lograban alcanzar el clímax en esos dos minutos no se activaba la zona en
cuestión y lo mismo sucedía cuando los orgasmos eran fingidos.
A luz de sus datos, Holstege cree
que es hora de cambiarle el nombre al tegmento pontino dorsolateral para hacer
honor a su función. En su estudio propone bautizar a este punto del cerebro
como Centro de Estimulación de los Órganos Pélvicos, o POSC, en sus siglas en
inglés.
El POSC es como una autopista
nerviosa que conecta el cerebro con los órganos sexuales en los que el orgasmo
se hace físico. La zona en la que se encuentra el epicentro del orgasmo no
tiene nada de místico, ni es característico de la sofisticación cerebral de los
humanos frente a otras especies. “La función y la actividad de esta zona es
básicamente la misma en gatos que en personas”, confiesa Holstege.
Sus resultados también han
mostrado otro paralelismo entre los estudios con humanos y aquellos inicios con
felinos. Aparte del orgasmo y la eyaculación, el POSC en gatos y humanos
también controla los vaciados de vejiga. Holstege ha mostrado que las funciones
que permiten orinar se concentran en el lado derecho del POSC y las orgásmicas
y eyaculatiorias, en el izquierdo, siempre y cuando la persona sea diestra.
“Sin micción no hay sexo”, resume el neurocientífico.
Pero a pesar de lo visto en este
estudio, el orgasmo es mucho más complejo de lo que parece. El camino hasta el
clímax comienza con estímulos físicos o visuales que, al llegar al cerebro, se
dan de bruces con la corteza prefrontal. Es aquí, uno de los epicentros de la
conciencia, donde se decide si es un buen momento para tener sexo. [...]
Muchos estudios han demostrado
que un orgasmo es más saludable para el cerebro que otros ejercicios
intelectuales y también hay trabajos que conectan un mejor estado físico con la
cantidad de orgasmos logrados a través de la penetraciónvaginal con el pene
(otros tipos de orgasmos no aportaban beneficios). No poder llegar al orgasmo,
como les sucede a muchas personas con anafrodisia, puede suponer un serio
empeoramiento de la calidad de vida.
En la mayoría de los casos, cree
Holstege, el POSC está intacto. “Si tienes una lesión en esta zona estás
muerto”, resume. Para tratar la anafrodisia no hace falta tocar el POSC, sino
que hay que ir a la corteza, allí donde, según Holstege, se encuentra el centro
de control consciente que permite al cuerpo dejarse llevar y tener un orgasmo.
“En muchos casos los problemas de no poder llegar al orgasmo se deben a altos
niveles de ansiedad constantes”, explica el experto. “Es un problema
psicológico, no neurológico”, concluye. [...]

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