Noticia de El País del 22/10/2013
Mujeres taoístas que intentan alcanzar la inmortalidad
espiritual practicando felaciones. No es el argumento de una película porno, es
la filosofía de una sociedad secreta que, según muchos, todavía existe.
El universo de las filosofías –en su mayoría orientales– que
contemplan el sexo como algo más que un sistema de reproducción de la especie o
de disfrute personal está lleno de fascinantes teorías, asombrosas doctrinas y
curiosos personajes y seguidores. Si hubiera que elegir alguna de ellas por su
originalidad y misterio habría que hablar de las Tigresas Blancas, una sociedad
secreta taoísta formada exclusivamente por mujeres, cuyo objetivo es restaurar
su juventud y conseguir la iluminación a través del sexo, ya que la energía
sexual, según creen, es la más poderosa de todas las que dispone el ser humano.
Existe todo un protocolo y unas fases para hacerse tigresa
blanca y su principal actividad es practicar el mayor número de felaciones
posibles, porque esta es la manera más rápida y eficaz de absorber la energía
sexual masculina. Su nombre hace referencia al tigre, el símbolo de la mujer y
del yin. Las hembras de esta especie deben copular más de cien veces para
quedarse preñadas, ya que necesitan una cantidad superior de esperma al de
otros animales, por eso se dice que tienen una gran capacidad de seducción, ya
que deben atraer a muchos machos. El color las relaciona con los tigres
blancos, muy poco comunes, nada convencionales y solitarios, como las
integrantes de este colectivo.
Cuando una habla de esta sociedad no sabe muy bien que
tiempo verbal utilizar, porque aunque se cree que tuvo su origen en la época
del Emperador Amarillo (2.500 a.c.) en China, su estado actual se desconoce
totalmente. ¿Existen todavía?, ¿cuántas tigresas blancas quedan en la actualidad?
Son preguntas sin respuesta que acrecientan la leyenda y el interés por esta
sociedad secreta. [...]
La leyenda afirma que si se siguen los métodos de este
grupo, una mujer puede rejuvenecer entre cinco y quince años. Este colectivo
rechaza la cirugía estética y recurre a métodos naturales para mantenerse
joven. Sus prácticas tratan de imitar el comportamiento sexual de las
adolescentes, ya que el sexo debe tener esa parte lúdica de la primera
juventud, cuando hay una excitación y exploración sin límites. Lo que ocurre es
que con los años, la mayor parte de la gente pierde este espíritu y entonces
empieza a envejecer. Las tigresas blancas tratan de alimentar constantemente el
deseo y eso es lo que les permite retrasar al máximo la menopausia. Muchas, se
dice, la hacen hasta desaparecer. Pero obtener una buena condición física
y engañar al reloj biológico ni es el fin último de una tigresa, sino un
requisito para poder poner en práctica enseñanzas más avanzadas. Como en el
yoga o las artes marciales, primero se trabaja el plano físico para luego,
pasar al ámbito de lo espiritual.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
ATRÉVETE te agradece tu comentario.